Hace un tiempo comencé a trabajar en la vicerrectoría de comunicaciones de la USS. La verdad sea dicha, de primera lo pasé terrible pues me cargaba andar de allá para acá... suficiente ya con haber pasado 4 años y medio allí y tener que pasar todo el día de auditorio en auditorio me tenía casi deprimido. El tema es que hoy me tocó estar en lo que, hasta el momento, más me ha entretenido: Estuve en las charlas de ética periodística dictadas por Juan Pablo Cárdenas (premio nacional de periodismo 2005) y Francisco Martorell (el de Impunidad Diplomática jajajjaja). Aluciné con ellos y sus reflexiones siempre tan atinadas y de toda mi venia. La cosa es que pensé, tras salir del Marta Montory, a cuantas charlas he ido desde que trabajo allí y de cuantas he salido con más de alguna lección importante... y la verdad, también sea dicha, es que son muchas. Que me paguen por ir a ver a eximios personajes hablando de no se qué, es algo que estoy comenzando a disfrutar. Por ejemplo, unas de las primeras charlas que fui a cubrir se trataba del desarrollo de la industria del turismo en el estado de Michoacán en México, algo que me imagino en lo inmediato no tendrá ninguna funcionalidad en mi vida, pero se detalles que cualquier hijo de vecino desconoce de la cultura de Michoacán y sus grandes potencialidades (jajajaj). También escuché y luego entrevisté al destacado arquitecto nacional Cristián Boza, se lo que es el Método Montessori, me adentre en el proceso de la acreditación universitaria, de los nuevos métodos de simulación en ingeniería, de cómo se trabaja en biotecnología y un sin números de otras cosas más. Y si antes iba a regañadientes a sentarme a escuchar a toda esta gente, ahora, si bien no voy feliz, lo hago con la sensación de ir a aprender algo nuevo que definitivamente no estará de más. Eso.
El podcast de “A quién no le ha pasado” ya se viene… atentos.
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