A pasado mucha agua bajo el puente. Años de separación quedaron en nada cuando llegué con la cabeza gacha y un abrazó bastó para darme cuenta que muchas cosas pueden cambiar, pero el cariño de la amistad verdadera es un bien no perecible... es algo que permanece simplemente para siempre. Hemos cambiado, ya no somos los mismos niños que soñaban con tocar el cielo de las más distintas formas. Ahora cada uno de nosotros hemos elegido caminos diametralmente distintos y nos reímos con diferentes personas por mucho tiempo, pero estamos aquí. Algo más crecidos y preguntándonos por nuestros trabajos y futuros proyectos de vida... quién lo hubiera pensado. Gracias por no olvidarme, gracias por aceptar mis canciones y mis temas de conversación... gracias porque me dieron una lección de vida que ahora si que no olvidaré. Para ustedes va esto, amigos de tantas aventuras de risotadas y de otras tan tristes historias como la vida misma. Años que de un segundo a otro se transformaron en un abrazo bien apretado y una sonrisa que me hizo creer en el valor de su amistad sincera y sin concesiones. Finalmente esa es la amistad, hablar y hablar de temas que sólo nos importan a nosotros y de códigos que nadie podrá nunca comprender. Esto es para ustedes que me hicieron un amigo... Podrá pasar mucha agua bajo el puente, pero de una cosa si que estoy seguro, siempre será mis amigos, los del alma, los que me entienden y no me piden nada a cambio más allá de mi compañía. Gracias.
sábado, 27 de octubre de 2007
viernes, 26 de octubre de 2007
miércoles, 24 de octubre de 2007
martes, 23 de octubre de 2007
Trabajando y aprendiendo
Hace un tiempo comencé a trabajar en la vicerrectoría de comunicaciones de
El podcast de “A quién no le ha pasado” ya se viene… atentos.